lunes, 8 de septiembre de 2008
La formación de los glaciares
El hielo de los glaciares proviene de la compresión de la nieve por efecto de su popio peso. Para que un glaciar se genere, hace falta que la canitdad de nieve caída a lo largo del año en una determinada zona, sea mayor que la que se pierde. En efecto, para que se forme un glaciar no es solo necesario que las nevadas sean intensas sino que la temperatura media anual permita conservar la nieve caída y acumularla. Por ello, las grandes extensiones de hielo actuales solo pueden encontrarse en la Antártida o en Groenlandia. Actualmente en general, en las altas codilleras de latitudes intermedias las nevadas pueden ser abundantes en temporada invernal pero al fenómeno se sucede la fusión estival. Unicamente en las latitudes extremas, la escasa radiación social impide que la nieve desaparezca.
Cuando las precipitaciones níveas comienzas a comprimirse apenas tocan el suelo su pequeños cristales comienzan a perder sus extremidades y en contacto, unos con otros se funden liberando el aire y adquiriendo una forma granulada. A medida que se acumulan capas y capas de nieve, el peso continúa eliminando las burbujas de aire entre los cristales generando una masa compacta a partir del cual se forma el hielo del glaciar.
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